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Cambia la normativa de construcción y habrá límites para la construcción de torres
Ante el gran avance de la construcción y la proliferación de torres en todos los barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad presentó proyectos para modificar las normas que lo regulan. Entre varios cambios, el más importante es la voluntad de limitar las alturas máximas. Además, ante los grandes aumentos de los costos de vida, se sacará la vivienda obligatoria para el encargado para bajar el precio de las expensas. Esto comenzará a debatirse en la Legislatura a partir de este viernes.
Básicamente, la intención del gobierno es crear los códigos Urbanístico y de Edificación. Éstos son la ley máxima a la hora de la urbanización de la ciudad. Las reglas que rigen hoy en día son producto de un conjunto de varias pautas que iniciaron en el Código de Planeamiento Urbano de 1977. La idea de esta nueva propuesta es dividir este antiguo código en dos: el Código Urbanístico y de Edificación. La principal razón es la antigüedad de la norma vigente. Así lo afirmó el Ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, Franco Moccia: “Tenemos una regulación pensada en el siglo XX que prioriza el auto sobre el transporte público y donde hay una gran inequidad entre sur y norte de la Ciudad”. Lo que se busca, principalmente, es homogeneizar el entramado urbano, equilibrando la altura de los edificios.
Pero, ¿cómo hacer esto cuando casi la totalidad de la ciudad ya está edificada? Desde el Gobierno, plantearon que en las zonas donde haya casas bajas y una o más torres se permitirá llevar la altura final de toda la manzana a la par de las torres. Sin embargo, la idea principal es que a partir de ahora, ya no puedan construirse esas megatorres con alturas superiores a los 40 o 50 pisos que inundan la ciudad.
Además, en términos técnicos, el proyecto se propone modificar los cálculos que permiten calcular cuántos metros cuadrados se puede construir y a qué altura. Por ejemplo, en la actualidad, en los terrenos más grandes se puede edificar más metros que en los chicos. Eso hace que las esquinas sean menos edificables y derive en lo que se conoce como esquinas enanas, por su baja altura. Por otro lado, sobresalen las torres enormes que son posibles por la sumatoria de muchos lotes. El nuevo cálculo busca eliminar esos dos extremos y emparejar un poco más la cosa.
A partir del nuevo Código Urbanístico, habrá seis alturas distintas posibles según las zonas. Por ejemplo, en corredores grandes como Libertador o 9 de Julio se establecerá un límite de 38 metros (que representan 12 pisos más la planta baja); en otras avenidas se permitirá hasta 31 y 22 metros (PB y 9 pisos y PB y 6 pisos, respectivamente); y en calles el máximo será 16,5 (PB y 4 pisos). Mientras que, las arterias más pequeñas -se estima el tamaño según su ancho- y los pasajes tendrán un tope de 10,5 (PB y dos pisos).
Un hito importante es que este proyecto incluye a las villas como parte de la trama. Ante estas modificaciones de las alturas en los barrios, se busca densificar la población porteña. Sin embargo, esto genera polémica. Para el Observatorio de la Ciudad y el CELS, por ejemplo, no es correcta la decisión de aumentar la población porque la ciudad no está en condiciones de abastecer a todos teniendo en cuenta el colapso de la red de distribución eléctrica o el sistema cloacal. A esto se suma el déficit de espacio verde por habitante que ya afecta a varios barrios y que se vería profundizada si se mudan más vecinos.
En cuanto al Código de Edificación, busca regular cómo y con qué materiales se construye. La nueva actualización eliminará la obligación de construir una vivienda para los encargados. En cambio, deberán armar un vestuario. Esto busca reducir el costo de las expensas para los propietarios e inquilinos y, en el fondo, también los gastos de la construcción. Habrá que esperar un par de semanas para ver qué sucederá en la Legislatura y cómo la ciudad cambiará de acá en más.
Redacción Código Primario
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Los vecinos comenzaron a mudarse a las nuevas viviendas del Playón de Fraga
El Gobierno de la Ciudad se comprometió en la ardua tarea de mejorar la condición de vida de la gente que vive en las villas porteñas. Para ello, emprendió la construcción de viviendas para los vecinos. En apenas unas semanas, los vecinos del Playón de Fraga en Chacarita comenzarán a mudarse.
Este asentamiento, ubicado en el Playón de Fraga, comenzó a crecer a partir de la crisis del 2001. Hoy en día, tiene un total de 513 casas distribuidas en las nueve manzanas. Pero en pocas semanas, las familias cumplirán un gran sueño y recibirán nuevas viviendas gracias al Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). Esta acción responde a una ley del 2017 que establecía la “reurbanización e integración socio-urbana del barrio”. Además, deberán contar con los servicios básicos: red de agua potable, electricidad, desagües cloacales y pluviales y gas natural.
El Gobierno de la Ciudad emprendió la construcción de 33 edificios de tres y ocho pisos. De esta manera, logrará un total de 678 departamentos para los vecinos y además, 71 locales comerciales para que la zona cuente con todo lo necesario para vivir.
Redacción Código Primario
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La tradicional Confitería Del Molino abrió sus puertas para los vecinos
Quienes son del barrio de Congreso, saben que en la esquina de Callao y Corrientes, frente al Congreso de la Nación, yacen los restos de una de las confiterías más tradicionales de la historia porteña. Se trata de la Confitería Del Molino. A poco más de dos décadas de su cierre, hace ya un tiempo se emprendieron las tareas para restaurarla. Y los vecinos pudieron ser parte y ver algunos avances. El sábado pasado, visitaron los salones restaurados y los recorrieron.
El tradicional edificio fue inaugurado hace más de cien años, en 1916, y fue ideada por el italiano Francisco Terencio Gianotti. Había sido declarado Monumento Histórico Nacional en 1997. Hace un año, el Gobierno Nacional y el Gobierno de la Ciudad iniciaron un trabajo conjunto con la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos para rescatar el tradicional edificio porteño. Para ello, cuentan también con el apoyo de los descendientes del arquitecto italiano, que aportaron planos y documentos originales.
De esta manera, los visitantes pudieron ver los avances de los trabajos de restauración. En este tiempo, se rescataron 15 mil objetos arqueológicos, 33 paños de vitrales y 46 luminarias históricas. Además, se recablearon las líneas de iluminación y se restauraron las superficies pintadas.
En la visita, también estuvieron presentes los especialistas que le explicaron al público cuáles fueron las técnicas implementadas en la restauración. Además, el público pudo recorrer el salón principal, donde funcionaba la tradicional confitería famosa por la calidad de sus masas. La cúpula también está siendo restaurada. Allí hay más de 1200 metros cuadrados de vitrales que se encuentran en pleno proceso de recuperación.
Redacción Código Primario
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El Luna Park corre riesgo de ser demolido para la construcción de oficinas
El Luna Park es uno de los grandes íconos porteños. Allí, se disputaron las mejores peleas de boxeo y se llevaron a cabo grandes espectáculos artísticos. Eso llevó a que fuera nombrado Monumento Histórico Nacional en 2007. Sin embargo, corre peligro. El edificio, propiedad de una Iglesia, podría ser demolido. Un grupo inversor europeo quiere comprarlo y hacer oficinas.
Tal es la importancia del edificio que allí sucedieron grandes cosas: lo velaron a Gardel, se conocieron el ex presidente Juan Domingo Perón y Eva Duarte y se casó la gloria del fútbol Diego Armando Maradona. Toda esa historia corre riesgo de pasar a ser solo cenizas en breve. Es que un grupo inversor quiere adquirir el edificio por más de 40 millones de dólares y construir una gran torre de oficinas.
El edificio es Monumento Histórico Nacional desde 2007, gracias a la iniciativa de Néstor Kirchner. Por eso, para ser vendido la Comisión de Patrimonio Cultural debe cambiar sus medidas. Además, hay que modificar el Código Urbanístico para que una torre de 40 pisos pueda construirse en el lugar. Ambas cosas requieren la intervención de la Legislatura.
El edificio está a cargo de la Iglesia. Es que en 2013, Ernestina Devecchi de Lectoure, viuda de Pepe Lectoure, le donó el 95% a Cáritas, dependiente del Arzobispado de Buenos Aires, y a la orden salesiana de San Juan Bosco. Al poco tiempo, ellos compraron el otro 5% que tenía el gran promotor de boxeo Tito Lectoure.
Sin embargo, desde el Gobierno Porteño son optimistas respecto a la preservación del histórico edificio. Es que creen que es muy difícil que las modificaciones necesarias para la construcción de la torre se den. Requiere que se pongan de acuerdo las dos instituciones propietarias, la Legislatura y la Comisión de Patrimonio.
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